Estuve de voluntaria Tu Sirves en la Fundación Amparo de Niñas y, para lograr hacer un buen trabajo en el voluntariado, necesité de unos pasos que quiero compartirles.
Aprender a hacer el ridículo
Hay que olvidarse de la preocupación por lo que gente piense de ti y comenzar a divertirte. Al realizar las actividades piensas que eres un niño de nuevo, se pasa por alto la vergüenza y la pena que antes sentíamos al hacer actividades y juegos que hacíamos de pequeños, donde a veces preferíamos no jugar por la misma pena. Por ejemplo, en el juego del “Si tú quieres saber cómo baila el marinero...” que hicimos ese día, todos dejamos la preocupación y terminamos riéndonos en cada parte del juego.
Disfrutar de las pequeñas cosas que se pueden dar en cada momento
Aunque deberíamos hacerlo, a veces se nos olvida disfrutar de las pequeñas cosas. Cuando hacemos un voluntariado, recordamos que cada momento es importante y eso nos da una gran lección que nos ayuda a ser mejor personas y a gozar de todos los momentos que vivimos.
Disfrutar de lo desconocido y salir de nuestra vida diaria
Como voluntario de Tu sirves se desconoce cada actividad, logrando que uno se sorprenda, se anime a participar y a realizar la actividad con emoción y al mismo tiempo con nervios. Es así como uno se va emocionando cada vez más y no quiere que se acaben las actividades.
Exponerse a conocer gente nueva y salir de nuestro círculo de amigos
Hacer voluntariado en Tu Sirves es una oportunidad para relacionarnos con personas que tienen la misma meta de generar un impacto social y mejorar la calidad de vida de las personas que lo necesitan.
Tener curiosidad para abrirse a nuevos caminos
En cada actividad comenzamos con el arder de curiosidad y también con el anhelo de conocer nuevas cosas. Así mismo comenzamos a abrirnos a nuevos caminos que no conocíamos por estar siempre en nuestro mismo círculo. Comenzamos a estar listos para recorrer estos caminos con las cosas buenas de la vida, encontrando buenos amigos y como no, también una nueva familia.
Desafiarse y vivir al máximo
Cuando hacemos un voluntariado aprendemos a superar nuestros miedos logrando hacer algo que hasta el momento nunca habíamos pensado hacer. Así nos probamos a nosotros mismos y nos damos cuenta de todo lo que podemos alcanzar. Ser voluntario es darnos cuenta de que podemos vivir al máximo sirviendo y nos muestra en el día a día cómo tomar las mejores decisiones para nosotros y los que nos rodean.
Con cariño, Valentina Eslava.
Valentina es estudiante de psicología, le encanta leer y viajar, pero sobretodo pasar el tiempo con su familia y amigos.